Una mañana nos levantamos con la noticia a bombo y platillo de que las mujeres portadoras de prótesis mamarias, de la casa francesa P.I.P. llevaban dos bombas en su cuerpo que podían estallar en cualquier momento, siendo los primeros en “asustarnos” los propios cirujanos plásticos. Rápidamente, ante nuestro asombro, nos pusimos a revisar nuestro archivo. De esta investigación se deducía que había operado a 21 personas en el año 2000 y recuerdo que, después, cambié de marca pero no porque fueran de mala calidad o defectuosas.
Revisadas las 21 pacientes (algunas de difícil localización pues al año de la intervención ya no habían vuelto más y, además algunas se habían cambiado de domicilio y de teléfono. Gracias a la inspección de Sanidad me las localizaron), todas ellas fueron citadas periódicamente, aunque sólo una fue intervenida por ser una reconstrucción de mamas por mastectomías (radical una y profiláctica la otra) y, además, venir con un informe del radiólogo por rotura de prótesis, diagnosticada por ecografía. Clínicamente no se apreciaba nada, pero ante el diagnóstico de rotura, tener prótesis P.I.P. y reconstrucción mamaria, era totalmente obligado realizar la extracción y el cambio por otra. Nos costó cuatro días convencerla para operarse y finalmente accedió, gracias a la ayuda del marido. Se operó y, afortunadamente, las dos prótesis estaban perfectas.
El resto de las pacientes, no quieren operarse, pues pasaban revisiones periódicas por el ginecólogo y médico de cabecera y se encontraban estupendamente. Mi experiencia personal es que en el año 2000 estas prótesis se comportaban igual que cualquier otra. Parece ser que la adulteración de esta marca fue a mediados de la década, es decir, desde el 2005-06. Debido a los problemas financieros del fabricante (caída del dólar y competencia asiática) la empresa entró en suspensión de pagos en 2009. Desde marzo de 2010 ya no se encuentra en el mercado. P.I.P. fue la tercera marca de tipos de prótesis mamarias a nivel mundial fabricando unas 100.000 anuales desde 1991, de las que exportaban un 80%.
Prótesis adulteradas
Esta manipulación consistía en un aditivo para carburantes, que también se emplea en la construcción de materiales de navío y en componentes electrónicos, denominado Baysilone, y dos sustancias utilizadas habitualmente en la industria del caucho, el Silopren y el Rhodorsil; ambos eran la causa de roturas frecuentes y de la irritación de los tejidos. Pero no son cancerígenas, pues no son productos tóxicos, aunque es cierto que se desconoce su acción a largo plazo. En el mundo, mujeres con estas prótesis son unas 500.000, de las cuales unas 12.000 en España, idican desde Coonsulte. La última información realizada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), después del Dictamen emitido por el Comité Científico de la Comisión Europea, constata la ausencia de asociación de las prótesis mamarias con cáncer y la falta de evidencia de riesgos sanitarios de las prótesis P.I.P. frente a otras prótesis mamarias para las portadoras de estos implantes.
Revisión
Se recomienda realizarse un estudio ecográfico una vez al año y, sobre todo, contactar con su cirujano plástico para realizar el seguimiento y valorar caso por caso individualmente. En Francia, se siente más presión social porque es el país donde se ha generado el fraude, teniendo una responsabilidad directa. También la tiene Alemania pues gracias a su autorización, tiene el V/B en toda Europa, con garantía CE, por lo cual clínicas o un cirujano plástico somos igual de víctimas que las pacientes. Sin quitar la importancia seria del asunto, que lo considero muy grave, creo, además, que nos encontramos ante una de las muchas guerras comerciales, para la desgracia de todos. Sigue siendo triste que los cirujanos, las clínicas de cirugía estética y hospitales no tuviéramos noticias previas al boom en los medios de comunicación, muchos de ellos tremendistas.