El autoconsumo está de moda. Hacemos nuestro propio huerto, nuestro propio jabón, nuestros propios muebles… Y nuestra propia electricidad, ¿por qué no?
En cualquier caso, esta es la opción elegida por un número creciente de ciudadanos. Partiendo de la constatación de que la energía no es un problema como los demás, sino un problema central, en la encrucijada de las crisis más urgentes de nuestro tiempo (crisis social y crisis ecológica), estos hombres y mujeres de a pie han decidido tomar su destino en sus manos y unirse al bando de los productores. En concreto, estas familias instalan pequeñas centrales eléctricas (normalmente solares) en sus casas. En un segundo paso, la electricidad producida se envía a un inversor para crear corriente alterna. Luego, en un tercer paso, la electricidad se consume directamente en sus hogares, mientras que el excedente se devuelve a la red para ser vendido a los residentes locales.
¿Le interesa este enfoque? ¡Te contamos todos los entresijos del autoconsumo con la ayuda de MLG Electrosolar!
Autoconsumo: las cifras para entender el fenómeno
Recuperar el control de nuestra energía es quizás el próximo gran paso de nuestras civilizaciones industriales… Este futuro puede parecer lejano, incluso utópico. Pero lo es. Las cifras nos demuestran que el autoconsumo está avanzando muy rápidamente, y por una buena razón, sus ventajas para los consumidores son muy concretas.
El autoconsumo está creciendo rápidamente desde hace varios años. Incluso puede decirse que está aumentando exponencialmente.
Hay que tener en cuenta que otros países nos llevan mucha ventaja. En Alemania, por ejemplo, se han instalado nada menos que 200.000 sistemas fotovoltaicos en viviendas particulares, es decir, ¡el mercado se ha duplicado en solo dos años!
¿Cuáles son las ventajas del autoconsumo?
El primer argumento a favor del autoconsumo es económico. De hecho, el particular no paga la electricidad generada por su propia central eléctrica. Esta electricidad se transmite directamente y de forma gratuita a las paredes de la casa y luego a los electrodomésticos.
Así, se estima que, por término medio, un consumidor-productor se ahorra 1350 euros en su factura anual.
Además, al producir su propia electricidad, se protege (parcialmente) de las fluctuaciones del precio de la energía. Porque no es ningún secreto que la energía, en todas sus formas, es cada vez más cara… Y no se prevé que esta tendencia se detenga. Por tanto, el autoconsumo debería ser cada vez más rentable.
Y eso no es todo, porque el autoconsumo se hace siempre con energía limpia: este es un buen punto si quieres reducir tu impacto ambiental.
Por último, el gobierno ha empezado a ofrecer incentivos financieros para que te lances a la aventura. En efecto, existe una prima para el autoconsumo fotovoltaico, que oscila entre los 380 €/kWh (para las instalaciones más pequeñas) y los 160 €/kWh. ¡Aprovéchalo!