A principios de los años setenta, la producción de automóviles japoneses aún no era innovadora. Se contentó con «copiar» la producción americana y europea para hacerse un nombre. El coche del que hablamos hoy forma parte de este proceso.
De hecho, su línea se inspira directamente en la primera generación del Ford Mustang y en el diseño del Chevrolet Camaro. Tiene una carrocería sin pilar central, un techo duro, un techo de vinilo opcional y un perfil que se parece a los famosos refrescos americanos Coca y Pepsi. Cuenta con cuatro faros delanteros y luces traseras y de marcha atrás integradas en una larga franja y, en la versión GT, un alerón trasero. El interior es muy deportivo, con un salpicadero con contadores redondos y un volante de tres radios. Sin embargo, el parecido con sus competidores americanos no se extiende al motor: al principio, sólo tiene un motor de 4 cilindros y 1400 cm3 con 86 CV, y luego 1600 cm3 que desarrolla 105 o 115 CV. Para completar el parecido con el exitoso coche de Ford, en abril de 1973, Toyota presentó la versión «Liftback» con un portón trasero tipo Mustang. El deportivo Toyota se volvió más práctico. La nueva carrocería podría equipar el motor de 2 litros (1.968 cc) recientemente instalado en el Celica de 2 puertas, pero con un doble árbol de levas para dar 145 CV. La velocidad máxima se incrementó entonces a 205 km/h.
Derivado de las clásicas berlinas Corolla y Corona del fabricante japonés, el Celica era tan fiable y estaba tan bien construido como el que más. Un coupé de tracción trasera de su época, con un eje trasero rígido tradicional y ruedas independientes delante, es sin embargo seguro gracias a sus frenos de disco mixtos delante y de tambor detrás. El confort y la facilidad de conducción son sus prioridades, lo que no impide que sea juguetón en curvas cerradas y en carreteras ligeramente sinuosas. Las siguientes generaciones harán maravillas en el Rallye. A bordo, está cómodamente sentado en asientos con reposacabezas y un buen apoyo. El conductor se enfrenta a un completo conjunto de instrumentación con profusión de medidores e indicadores. La palanca de cambios en el suelo está ligeramente inclinada y se adapta perfectamente a la mano. Un práctico deportivo en su versión hatchback que hay que redescubrir. Como bien comenta el concesionario de coches segunda mano Murcia Crestanevada, es un coche que no está para nada desfasado, incluso comparado con las otras 6 generaciones de Celica que le seguirán. Un coupé que no es ordinario, pero que sigue siendo capaz de prestar servicios cotidianos.